¡Por que queremos un país con memoria!
¿De qué hablamos cuando hablamos de la memoria de un país? ¿De recuerdos? ¿De vivencias? ¿De relatos propios y ajenos? ¿De historia, acaso?
La memoria la componen cuatro pilares fundamentales: la identidad, el sentido de pertenencia, la motivación y la trascendencia.
La identidad corresponde a quiénes somos, y a cómo nos reconocemos a nosotros y al otro, ya sea por la individualidad, personalidad o preferencias. El sentido de pertenencia corresponde a las costumbres arraigadas que nos permiten cohesionarnos colectivamente, y que retraten un sentido de familiaridad y sintonía. La motivación es aquella fuerza y convicción interior que impulsa a perseguir, repetir y perfeccionar legados y tradiciones del grupo social al cual se pertenece. La trascendencia es la realización de que estos actos y costumbres reiterados superan al individuo y terminan cimentando y construyendo lo que se conoce como patrimonio cultural inmaterial.
El patrimonio cultural inmaterial está vivo, muta, se regenera y adecúa, siguiendo los cambios que ocurren en las sociedades. Asumir que si una costumbre está viva hoy, va a seguir viva mañana es un error. La modernización, la tecnología y la globalización han hecho que las tradiciones se mezclen, se sincreticen e incluso desaparezcan, afectando y minando la identidad particular de cada pueblo.
Es importante recordar que estas tradiciones existieron, por que nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, llenarnos de orgullo y quizás acompañarlo de un poco de añoranza.
Nuestra misión, entonces, es generar productos comunicacionales que permanezcan y trasciendan, considerando en el proceso de producción a los protagonistas de las tradiciones que nos identifican, de manera de colaborar a la memoria colectiva, aportando a la conservación del patrimonio inmaterial de nuestro país.